Mañana está previsto que en el Congreso de los Diputados comience la tramitación de la ILP que pretende que los toros sean declarados de forma oficial bien de interés cultural. Dada la actual correlación de fuerzas existente en el parlamento español la iniciativa no debe tener problema alguno, si bien existen voces contrarias a la misma.
A éstas últimas, desde La Rioja, cuna del Castellano, les propongo un plan para estos días invernales. Abrir una botella de buen vino y disfrutar de los poemas de la Generación del 27 (Rafael Alberti, García Lorca, Gerardo Diego, o José Bergamín...) Maridaje perfecto. Les envío un adelanto, para abrir boca.
Corrida de toros
De sombra, sol y muerte, volandera
grana zumbando, el ruedo gira herido
por un clarín de sangre azul torera
Abanicos de aplausos, en bandadas,
descienden, giradores, del tendido,
la ronda a coronar de los espadas
Se hace añicos el aire, y violento,
un mar por media luna gris mandado
prende fuego a un farol que apaga el viento
¡Buen caballito de los toros, vuela,
sin más jinete de oro y plata, al prado
de tu gloria de azúcar y canela!
Cinco picas al monte, y cinco olas
sus lomos empinados convirtiendo
en verbena de sangre y banderolas
Carrusel de claveles y mantillas
de luna macarena y sol, bebiendo,
de naranja y limón, las banderillas.
Blonda negra, partida por dos bandas,
de amor injerto en oro la cintura,
presidenta del cielo y las barandas,
rosa en el palco de la muerte aún viva,
libre y por fuera sanguinaria y dura,
pero de corza el corazón, cautiva
Brindis, cristiana mora, a ti, volando,
cuervo mudo y sin ojos, la montera
del áureo espada que en el sol lidiando
y en la sombra, vendido, de puntillas,
da su junco a la media luna fiera,
y a la muerte su gracia, de rodillas
Veloz, rayo de plata en campo de oro
nacido de la arena y suspendido,
por un estambre, de la gloria, al toro,
mar sangriento de picas coronado,
en Dolorosa grana convertido,
centrar el ruedo manda, traspasado
Feria de cascabel y percalina,
muerta la media luna gladiadora,
de limón y naranja, remolina
de la muerte, girando, y los toreros,
bajo una alegoría voladora
de palmas, abanicos y sombreros.
Rafael Alberti
Suerte de varas:
Cruje el rey sus soberanos
huesos. Qué poderío.
Y el caballo alza sus manos
como tañendo el vacío.
Un minuto dura, eterno,
el alto pujar del cuerno
contra el pulso que se afianza.
Ni uno de los dos cediera
si el maestro no tendiera
la larga de la esperanza.
Cruje el rey sus soberanos
huesos. Qué poderío.
Y el caballo alza sus manos
como tañendo el vacío.
Un minuto dura, eterno,
el alto pujar del cuerno
contra el pulso que se afianza.
Ni uno de los dos cediera
si el maestro no tendiera
la larga de la esperanza.
Gerardo Diego
Illo y Romero
El arte del toreo
fue maravilla
porque lo hicieron juntos
Ronda y Sevilla.
Unieron dos verdades
en una sola
con Illo y con Romero
Sevilla y Ronda.
De Sevilla era el aire
de Ronda el fuego:
y los dos se juntaron
en el toreo.
Y como se juntaron
los dos rivales
no habrá nada en el mundo
que los separe.
Tampoco se separan,
andando el tiempo,
Joselito y Belmonte
de Illo y Romero.
En José estuvo el soplo
y en Juan la brasa:
y en los dos encendida
la llamarada.
Por eso fueron
José y Juan, los dos juntos,
todo el toreo.
El arte del toreo
fue maravilla
porque lo hicieron juntos
Ronda y Sevilla.
Unieron dos verdades
en una sola
con Illo y con Romero
Sevilla y Ronda.
De Sevilla era el aire
de Ronda el fuego:
y los dos se juntaron
en el toreo.
Y como se juntaron
los dos rivales
no habrá nada en el mundo
que los separe.
Tampoco se separan,
andando el tiempo,
Joselito y Belmonte
de Illo y Romero.
En José estuvo el soplo
y en Juan la brasa:
y en los dos encendida
la llamarada.
Por eso fueron
José y Juan, los dos juntos,
todo el toreo.
José Bergamín