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domingo, 21 de febrero de 2016

Ministerio del Tiempo. Dirección General de Asuntos Taurinos


Confieso ser "ministérico", es decir, seguidor incondicional del Ministerio del Tiempo, una de las mejores ficciones producidas en nuestro país. Con Tele 5 convertida en un vulgar patio de vecinos, Televisión Española ha decidido, al menos por una vez, hacer valer su condición de ente público y demostrar que el entretenimiento no está reñido con la calidad y el aprendizaje. La segunda temporada ha arrancado por todo lo alto al revisitar el mito del Cid, quien tal vez no obligó a monarca alguno a jurar en Santa Gadea, y resultó ser un simple mercenario al servicio de reyezuelos tan egoístas como él.

Salvador Martí, subscretario del Ministerio, siguiendo instrucciones de Presidencia, ha creado la Dirección General de Asuntos Taurinos. El tiempo es el que es y la reglas claras, no podemos cambiar nuestro pasado. La influencia de la tauromaquia en la historia es clara. Sin toros Goya nunca hubiese sido el mismo y Lorca jamás hubiese escrito buena parte de su obra. Los toros están ahí, y forman parte de nuestro pasado, presente, y futuro. Me ofrezco voluntario para ser funcionario del Ministerio, adscrito a la Dirección General de Asuntos Taurinos. Si se confirma el fichaje el jefe de patrulla será Belmonte. 

Una de las primeras misiones que debemos afrontar es determinar la causa directa de la muerte de Manolete. La puerta 1324 nos trasladará a Linares, al 28 de agosto de 1947. Acudiremos al festejo. Debemos averiguar si Manolete falleció como consecuencia directa de la cogida del toro Islero, o bien a raíz de una transfusión de sangre incompatible o en mal estado que se le practicó en el hospital tras haber sido correctamente operado en la enfermería de la plaza. Contamos con la ayuda, como agente de campo del Ministerio, de una de las criadas de Doña Angustias, madre del diestro. No debemos evitar el fatal desenlace. Si lo hacemos cambiaremos la sociedad española de los años 40 y le privamos de uno de sus mitos.
En nuestra agenda también está pendiente averiguar algo más sobre la relación entre Luis Miguel Dominguín y Picaso. En los últimos meses han sido subastas en Sotheby's varias cerámicas de temática taurina que se daban por desaparecidas o destruidas, lo cual hace suponer al Ministerio que alguien está viajando al presente con objetos del pasado. Todas las piezas subastados tienen en común ser un regalo del pintor malagueño al torero madrileño. En la información previa a la misión nos ha sorprendido la personalidad del maestro Dominguín. Amoral, triunfador y seductor, hemos descubierto que prohibió la caza del lince ibérico en su finca con el fin de proporcionar un hábitat seguro a esta especie y evitar su desaparición. Famoso por su conquistas femeninas, confesó a nuestro agente de campo, un comunista que vive en la clandestinidad y amigo de su hermano Domingo, que "no merece la pena conquistar a una mujer de primera si después no se lo puedes contar a los amigos". Según los críticos de la época era un torero largo, poderoso, que dominaba todas las suertes. Se autoproclamó número uno.

El plan previsto es simular ser comunistas perseguidos por el Régimen Franquista, y haciéndonos pasar por miembros de su cuadrilla, cruzar la frontera, y supuestamente refugiarnos en Francia, donde visitaremos la casa de Picaso. Según nuestros informes Dominguín ayudó a muchos comunistas a huir a Francia utilizando esta estrategia. Entraremos en contacto con el entorno del torero en una cacería a la cual acude el mismísimo Caudillo, algo habitual por entonces, y Camilo Alonso Vega, terror de la izquierda clandestina, y donde, según la leyenda este ultimo le preguntó al diestro quién de los tres Dominguines, el maestro o sus dos hermanos, era comunista. Luis Miguel contestó delante del Dictador que los tres. Intentaremos confirmar este hecho.
Esperamos contar con los medios suficientes dado que tenemos mucho trabajo por delante. Ayer, sin ir más lejos, nos llegaron noticias del descubrimiento de una grabación, se supone que desconocida, de una fiesta flamenca en el cortijo de Sánchez Mejías con los miembros de la Generación del 27 metidos en juerga, incluido Lorca, que toca el piano. No podemos cambiar nada pero un hecho es cierto y probado: la tauromaquia forma parte de nuestro ADN. Nuestra cultura, sin toros, no se comprende, y Lorca, Goya, Picaso, Alberti, José Bergamín u Ortega y Gasset hubiesen sido otros.

lunes, 11 de febrero de 2013

Los toros del 27

Mañana está previsto que en el Congreso de los Diputados comience la tramitación de la ILP que pretende que los toros sean declarados de forma oficial bien de interés cultural. Dada la actual correlación de fuerzas existente en el parlamento español la iniciativa no debe tener problema alguno, si bien existen voces contrarias a la misma.

A éstas últimas, desde La Rioja, cuna del Castellano, les propongo un plan para estos días invernales. Abrir una botella de buen vino y disfrutar de los poemas de la Generación del 27 (Rafael Alberti, García Lorca, Gerardo Diego, o José Bergamín...) Maridaje perfecto. Les envío un adelanto, para abrir boca.


 Corrida de toros

De sombra, sol y muerte, volandera
 grana zumbando, el ruedo gira herido
 por un clarín de sangre azul torera

 Abanicos de aplausos, en bandadas,
 descienden, giradores, del tendido,
 la ronda a coronar de los espadas

 Se hace añicos el aire, y violento,
 un mar por media luna gris mandado
 prende fuego a un farol que apaga el viento

 ¡Buen caballito de los toros, vuela,
 sin más jinete de oro y plata, al prado
 de tu gloria de azúcar y canela!

 Cinco picas al monte, y cinco olas
 sus lomos empinados convirtiendo
 en verbena de sangre y banderolas

 Carrusel de claveles y mantillas
 de luna macarena y sol, bebiendo,
 de naranja y limón, las banderillas.

 Blonda negra, partida por dos bandas,
 de amor injerto en oro la cintura,
 presidenta del cielo y las barandas,

 rosa en el palco de la muerte aún viva,
 libre y por fuera sanguinaria y dura,
 pero de corza el corazón, cautiva

 Brindis, cristiana mora, a ti, volando,
 cuervo mudo y sin ojos, la montera
 del áureo espada que en el sol lidiando

 y en la sombra, vendido, de puntillas,
 da su junco a la media luna fiera,
 y a la muerte su gracia, de rodillas

 Veloz, rayo de plata en campo de oro
 nacido de la arena y suspendido,
 por un estambre, de la gloria, al toro,

 mar sangriento de picas coronado,
 en Dolorosa grana convertido,
 centrar el ruedo manda, traspasado

 Feria de cascabel y percalina,
 muerta la media luna gladiadora,
 de limón y naranja, remolina

 de la muerte, girando, y los toreros,
 bajo una alegoría voladora
 de palmas, abanicos y sombreros. 


Rafael Alberti                             
                        


                           
Suerte de varas:

Cruje el rey sus soberanos
huesos. Qué poderío.
Y el caballo alza sus manos
como tañendo el vacío.
Un minuto dura, eterno,
el alto pujar del cuerno
contra el pulso que se afianza.
Ni uno de los dos cediera
si el maestro no tendiera
la larga de la esperanza.

Gerardo Diego                                    

Illo y Romero

El arte del toreo
fue maravilla
porque lo hicieron juntos
Ronda y Sevilla.
Unieron dos verdades
en una sola
con Illo y con Romero
Sevilla y Ronda.
De Sevilla era el aire
de Ronda el fuego:
y los dos se juntaron
en el toreo.
Y como se juntaron
los dos rivales
no habrá nada en el mundo
que los separe.
Tampoco se separan,
andando el tiempo,
Joselito y Belmonte
de Illo y Romero.
En José estuvo el soplo
y en Juan la brasa:
y en los dos encendida
la llamarada.
Por eso fueron
José y Juan, los dos juntos,
todo el toreo.
         
José Bergamín