lunes, 11 de septiembre de 2017

In memoriam Iván Fandiño. Yo estuve allí.



Tuve la oportunidad de saludar a Iván Fandiño en un par de ocasiones, sobre todo a raíz de la concesión del premio al Mejor Quite de la Feria de San Mateo de Logroño 2013. La organización de la entrega del mencionado galardón no fue sencilla. Ni el torero ni su equipo lo pusieron fácil. Cuando finalmente recogió el trofeo en un asador en la calle Laurel admito que me sorprendió. Como buen vasco fue parco en palabras, distante, pero también serio y responsable. Aquella tarde (en plena Feria de San Mateo 2014) había toreado en la logroñesa plaza de La Ribera. Las cosas no fueron bien. Llegó a escuchar algún silbido. Sus primeras palabras, antes de agradecer el premio, fue disculparse por su actuación.

 Iván Fandiño siempre dignificó su profesión, ser torero. Nunca fue un matador mediático, más bien era torero de aficionados. Lidió todos los encastes. Su muerte en la arena le ha elevado a la categoría de mito y le ha proporcionado en el imaginario popular el sitio que nunca consiguió en vida. Siempre recordaré aquel 2 de junio del 2012 en Las Ventas, un perfecto ejemplo de toda su trayectoria. Allí estaba yo. Le vi rozar la gloria gracias a una faena realizada de forma íntegra con la derecha ante un noble toro de Adolfo Martín. Me emocionó. Las Ventas enmudecieron. Se me erizó el vello. Entonces alguien gritó por la izquierda y todo acabó emborronándose. Lo que pudo haber sido no fue.
 
Reconozco su valor. Su forma de ejecutar la suerte suprema me encogía el corazón. También su perseverancia y lucha contra el escalafón. Con su encerrona en Las Ventas en 2015 colgó el "no hay billetes" e ilusionó a los aficionados de toda España y Francia. Aquel día acudimos en tropel a Las Ventas dispuestos a coronar al nuevo rey de los toreros. Fue su apuesta personal para asaltar el cielo del escalafón taurino. Desgraciadamente las cosas no salieron como estaba previsto, pero al César lo que es del César, salvo José Tomás no creo que haya nadie capaz a día de hoy de generar esa expectación. Yo estuve allí y recuerdo el hormigueo que todos teníamos cuando comenzaba el festejo. También la decepción a la vuelta. La misma que supongo que sintió Iván Fandiño el 16 de junio de 2012 cuando con motivo del cincuenta aniversario de la bilbaína Vista Alegre se encerró con seis toros. Yo estuve allí y recuerdo la lluvia, pero también los asientos vacíos, tendidos desangelados, frío.

La vida es una suma de triunfos y derrotas. Creo que Iván Fandiño tuvo más éxitos y fracasos dado que consiguió su sueño, ser matador de toros. Nunca conocí al hombre que se escondía detrás del torero, aquel que durante el invierno, sin gomina en el cabello, se perdía en el frontón logroñés del Adarraga para disfrutar de su otra pasión, la pelota. Doy fe que sólo los buenos aficionados, que también acuden a los frontones, eran capaces de reconocerlo. Me dicen que esos momentos se mostraba más humano y cercano que durante la temporada.

El León de Orduña ha dejado de rugir. Descanse en paz.

(artículo publicado en purezayemoción el 19/06/2017).

Tarde Impropia

Ayer Teruel rindió su homenaje a Víctor Barrio. Varias cosas resultaron impropias. Entre ellas: el ganado, la ejecución de la suerte de varas y, en líneas generales, la actuación de la terna. Morenito de Aranda protagonizó los mejores momentos de la tarde.

 

Urge, y mucho, crear la Universidad de la Tauromaquia. André Viard debe ser su rector. En caso contrario, mi compañero de tendido en Teruel, Alberto, un joven aficionado de 12 años, heredará un rito desnaturalizado, carente de emoción y mecánico. Ayer Teruel rindió su propio homenaje a Víctor Barrio. La cara, el ambiente de la ciudad, la expectación creada y la alegría callejera reinante en los aledaños de un coso que se llenó. Excelente entrada. La cruz, resultó una tarde indigna, impropia para recordar a un torero que ha perdido su vida en la arena.

Impropia e indignante fue la actuación del equipo de seguridad privado de la plaza y de la Policía Nacional allí presentes, que tardaron demasiado tiempo en reaccionar y frenar a un antitaurino, propiciando que algunos peñistas también saltasen para reducirlo entre insultos y patadas de todos contra todos. Fea imagen.

Impropio resultó el ganado. Adolfo Martín lidió un encierro noble, carente de chispa, justo de fuerzas. Algún profesional del marketing debe explicarle el concepto marca. Soy riojano y el principal activo del vino de mi tierra es el nombre, la marca, Rioja. Adolfo Martín como marca tiene fuerza entre los aficionados, si bien, lleva un tiempo que parece querer echar por tierra su prestigio. El Rioja es un vino con personalidad, que utiliza en su elaboración casi de forma casi exclusiva variedades propias de uva, alejadas de las variantes francesasreinantes en el mercado. Estas últimas las emplean de forma masiva los caldos elaborados de otras latitudes. El resultado son vinos más comerciales. De un tiempo a esta parte los cárdenos de Adolfo me recuerdan a otras ganaderías.

Impropio también resultaron algunas reacciones del público asistente. No mostró rigor ni exigencia alguna. Si exigimos a los ganaderos presentación y trapío, también hay que pedir a los profesionales que realicen su oficio. El "rector" Andre Viard tiene mucho trabajo.
 
Impropia fue la presidencia, muy laxa a la hora de conceder orejas, que todo hay que reconocer, el publico pidió de forma mayoritaria.

Impropia fue la ejecución de la suerte de varas. Nadie dio distancia al toro y casi siempre se le tapó la salida. Propongo a Gabin Réhabi como catedrático de los picadores.

Impropia la cuadra de caballos. Alain Bonijol es el adecuado para la cátedra de cría de caballos para la pica.

Impropio también fue la colocación de las banderillas. Desconozco en qué pensaban ayer la cuadrilla de Enrique Ponce, en especial Jaime Padilla.

Impropia en líneas generales fue la actuación de la terna de matadores. Ninguno consiguió erizarme el vello. Enrique Ponce, que después de más de un cuarto de siglo de carrera y dos décadas mandando en el escalafón mataba inusualmente los cárdenos de Adolfo (significativo), no tuvo, al igual que sus compañeros, rivales de altura, pero mostró todos los vicios que con frecuencia le acusa el mentidero taurino. Toreó despegado, fuera de sitio, faenas largas, lo cual no fue obstáculo para que los tendidos rugiesen y pidieran de forma mayoritaria las orejas. Estuvo alejado del Enrique Ponce que recuerdo en Bilbao. Curro Díaz tuvo el peor lote. Morenito de Aranda, por contra, protagonizó los mejores momentos de la tarde, especialmente en el tercero, el mejor toro. Anduvo bien con los aceros y de los tres matadores fue el que mostró más ganas.

Teruel. Sábado 8 de julio de 2017. Homenaje a Víctor Barrio. 
Toros de Adolfo Martín. Nobles y justos de fuerza.  
Enrique Ponce, oreja y oreja; Curro Díaz, ovación en ambos; Morenito de Aranda, oreja y oreja.
(artículo publicado en www.purezayemocion.com el 30/06/2017)