domingo, 22 de febrero de 2015

Talento nórdico

El único punto débil de "Headhunters" es su nacionalidad. Es noruega. De ser americana hubiese recaudado varias decenas de millones de euros convirtiéndose así en todo un taquillazo.




Vayan a su videoclub y alquilenla. Probablemente sólo tengan una copia, a lo sumo dos. Les garantizo noventa minutos de suspense y tensión con ligeras gotas de humor macabro. El guión es un campo minas en las que caemos una y otra vez. No hay duda que es una película tramposa donde nada es lo que parece pero sin duda consigue lo que pretende, sorprender. En cada escena cambia de dirección, abriendo nuevas opciones. El director da un volantazo y salta de un género a otro. Lo sorprendente es que todas las piezas encajan con aparente facilidad, robo de obras de arte, amor correspondido, infidelidades, persecuciones, asesinatos varios, algo de sexo, y humor negro. Nada sobra. Nada falta. En definitiva, película astuta que hasta el final no enseña sus cartas como todo buen jugador de poker.


Como curiosidad, y para fans de "Juegos de Tronos" entre el elenco protagonista está el actor noruego Nikolaj Coster-Waldau, Jaime Lannister en la serie de HBO. Su director por lo otro lado, gracias a este largo, ha dado el salto a Hollywood. Su siguiente película es "The imitation game", de lo mejor de este año.



jueves, 19 de febrero de 2015

50 sombras de Polanski

Confieso que no he leído ninguno de los tres libros de la famosa y promocionada saga "50 sombras de Grey". Tampoco he visto la película. Ni pienso hacerlo. ¿Alguien me puede explicar como una actor que decide participar en un proyecto de estas características puede poner como condición no aparecer desnudo en la pantalla? Muy sencillo. Erotismo forzado, falso,  de consumo rápido, y rentable . Harto de tanto bombo he decido rebuscar en mi videoteca y rescatar una película morbosa como Dios manda, "Lunas de hiel" de Roman Polanski.




 Esta película suda sexo. Un apacible y burgués matrimonio británico deja de tomar el té a las cinco y convierte  su vida conyugal en una montaña rusa. Hugh Grant, siempre he sospechado que bajo su cara de niño bueno se esconde un vividor, y Kristin Scott Thomas, toda una señora, se ven inmersos en un mundo de amos y esclavos, de señores y vasallos, que dinamita su pareja.



Roman Polanski concibe un particular viacrucis sexual que Peter Coyote recorre una y otra vez. No le basta con haberlo protagonizado, necesita revivir lo y por ello lo comparte con Hugh Grant, su fiel oyente que acaba jugando una partida, donde, como en la vida, mandan las mujeres. Nadie debe dudar que en esta historia el compás lo marcan ellas, Emmanuelle Seigner y Kristin Scott Thomas. Ellas deciden cuando comienza la partida y cual es la siguiente jugada. Sadomaquismo, sumisión, tratos vejatorios, parejas abiertas, libertad, y amor, correspondido o no.
Un consejo, pasen de Grey y de su erotismo barato de postureo y descubrirán que lo más importante a la hora de rodar una historia de sexo es saber que queremos contar y estar dispuesto a cruzar fronteras. Lo de menos son los abdominales del protagonista. Tras ver la película, ustedes, al igual que yo, no entenderán porqué nadie ofreció a Emmanuelle Seigner protagonizar el anunció de una marca de leche.

lunes, 9 de febrero de 2015

Cosecha 2015

Con la entrega de los premios Goya el Cine Español acaba de forma oficial su temporada. Es hora por tanto de puntuar y valorar la añada. A modo de juego, imaginemos que la Academia es una gran bodega, cabe preguntarnos que vino corresponde a cada película.

"La isla mínima" es un vino tinto gran reserva. Elaborado con los mejores frutos, Javier Gutiérrez o Raúl Arévalo, el bodeguero, Alberto Rodríguez, consigue un producto de gran calidad. Los vinos calificados en Rioja como Gran Reserva son la obra cumbre de cualquier enólogo. Mimados hasta en el detalle más insignificante sólo se elaboran con grandes cosechas y son criados un mínimo de dos años en barrica de roble y tres años en botella. Envejecen de forma excepcional. En "La isla mínima" todo está medido. Cuidado. Doñana es un personaje más. El alma de esta película que apasiona y enamora, como los grandes reservas, cuyos sabores vuelven a nuestra boca una y otra vez después de la última copa. Cuando se encienden las luces todavía sigues pensando un rato en la lluvia de Doñaña. Llamada a ser un clásico envejecerá de forma excepcional.




"Magical girl" es diferente. Una bella rareza que sólo un artista completo puede concebir. Puede gustar o no pero su principal virtud es no parecerse a nada ni a nadie. Sadomaquismo, asesinatos, prostitución, enfermedades terminales, y mucho más para contarnos que el amor de un padre hacia su hija no conoce barreras ni fronteras. Los vinos de autores rompen toda regla establecida. No respetan los periodos de crianza mínimos que establece el Consejo Regulador pero por su contrastada calidad están presentes en las mejores mesas y restaurantes. Son el proyecto más personal de cualquier enólogo que se encarga personalmente de supervisar todo el proceso, desde el cultivo de la uva a las propias etiquetas. "Magical girl" no aplica norma alguna. El director-guionista se la juega en cada pirueta de guión, más osada que la anterior, pero como las piezas de un rompecabezas todas encajan aunque no sepamos como. Algunos lo llaman cine de culto, cine de autor. 




"Ocho apellidos vascos" es alegre, divertida, sabe a poco, irradia felicidad. Parece sencilla pero no lo es. Requiere maestría jugar con los estereotipos sin caer en la simpleza. Es vino joven, en apariencia fácil de hacer aunque no lo sea. Es necesario saber cuando hay que  vendimiar y cuanto tiempo hay que dejar fermentar el mosto. Sin pasarnos. Un paso en falso y tenemos un zumo simplón, malo, cuyo destino final es convertirse en vinagre. El vino joven debe tomarse en el año. Envejece mal. Perfecto para ir de chiquitos con la cuadrilla. Para subir, bajar, y volver a subir la calle Laurel. "Ocho apellidos vascos" es una comedia para disfrutar en compañía. Acabada la proyección, con un vino en la mano y un pincho en la otra, toca recordar los mejores chistes y volver a reírnos. A lo mejor dentro un par de años no nos hace tanta gracia. Tampoco creo que esa sea su pretensión.





Resisitir


La ceremonia de los Goya fue una nitida fotografía de como somos los españoles. Una montaña rusa. Pasamos del blanco al negro sin importar las tonalidades intermedias. Goya 2014, un mar de lágrimas. Goya 2015, euforia. 

 
La noche empezó bien, muy bien. Gran número musical inicial con homenaje sin complejos a nuestras señas de identidad, Rocío Durcal, Lola Flores o Raphael. De postre, un himno que todos alguna vez hemos tarareado a las cinco la mañana en la barra de algún bar. Resistiré. Estos últimos años los españoles hemos resistido mucho y ahí seguimos. De hecho llevamos años resistiendo. Preguntar a Napoleón que se los pusimos de corbata. A partir de ahí, y tras una primera hora brillante del gran Dani Rovira, el ritmo decayó. Señores, en el cine hay que saber cuando y como acabar un película. 
 
Epilogo: grande, muy grande Antonio Banderas, Goya de Honor.