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lunes, 4 de febrero de 2013

Blancanieves sale a hombros.

A todos nos han contando muchas veces el cuento de Blancanieves. Nadie, como reza la publicidad, lo ha había hecho hasta ahora como Pablo Berger. Este director vasco ha imaginado una Blancanieves diferentes a todas. 


La película arranca en la desparecida Monumental de Sevilla (un sueño del gran Joselito el Gallo para competir con la Maestranza). Tendidos llenos y un hombre que arriesga su vida. Un héroe del pueblo. No le importa que vaya a ser padre. Es ante todo un torero, un valiente, que da la cara ante su público y se juega el tipo.

Igual de valiente es la película. Contracorriente. Taurina. En blanco y negro. Muda. Tiene todo en contra y toda a su favor. Es diferente. Emociona. Te arrastra. Le sobra creatividad, talento, y atesora momentos mágicos. Una madrastra (Maribel Verdú) con tintes de villana clásica o una abuela (Ángela Molina) que ameniza las reuniones familiares a ritmo de copla son sólo un par de ejemplos. 


Nadie concibe una Blancanieves sin enanos. Ellos son los reyes de la función.  Aquí toreros cómicos que con su carromato recorren los pueblos de feria en feria. Hombres y mujeres de cuerpo pequeño que aman, sufren, sienten miedo, o se dejan llevar por su envidia. Hoy en día ya no quedan. Dicen por ahí que es un trabajo indigno para estos pequeños seres. Sinceramente, creo que es peor la cola del paro y espero, que entre otras cosas, esta película sirva para que los espectáculos cómico-taurinos vuelvan. Muchos acudimos por primera vez a una plaza de toros para ver el bombero torero y de este tipo de espectáculos han salido grandes maestros (basta con mencionar a Ortega Cano)

Nos falta el príncipe. El príncipe somos nosotros. El público que no puede evitar enamorarse de esta Blancanieves torera, genuina, que pisa el ruedo con fuerza y para quien sólo hay dos salidas, puerta grande o enfermería. Aquí, salida a hombros. Aplausos. Dos oreja y rabo. Faena histórica la esta película que ya por méritos propios forma parte de la historia de nuestro cine.