martes, 2 de febrero de 2016

¡Pobre Miguel!

EL 22 de abril de 1616 falleció Miguel de Cervantes Saavedra. Este año se cumple el cuarto centenario. Nadie parece haberse enterado. La misma mala suerte que tuvo en su vida le persigue después de muerto. El olvido. La indiferencia. También en 1616 falleció Shakespeare.


Existen innumerables películas sobre Shakespeare. No digamos sobre sus obras. Su biografía, pese a todo, resulta menos estimulante e infinitamente mas aburrida que la del padre del Quijote. No necesitamos fabular sobre la vida de Cervantes. La realidad supera la ficción. Participó en la batalla de Lepanto donde perdió un brazo. Apresado por los turcos, estuvo encarcelado en Argel de donde intentó fugarse sin éxito. Su familia tuvo que pagar un importante  rescate para conseguir su liberación. Quiso triunfar como dramaturgo, algo que nunca consiguió. Siempre envidió el éxito de Lope de Vega. Pese a su talento jamás gozó de una economía saneada. 

Skakeapeare tuvo más suerte. Consiguió amasar una pequeña fortuna que le permitió comprar un título nobiliario, además de disfrutar del prestigio social y el favor del rey. Tanto el como su personajes se han asomado a la gran pantalla con asiduidad, en adaptaciones muchas veces memorables y de gran calidad, que han acercado la obras del británico a la cultura popular universal. ¡Pobre Miguel! Nadie se ha interesado por él, ni su compatriotas, que parecen haberlo olvidado.

El festival de Eurovisión no tiene importancia alguna. Un simple entretenimiento pero no deja de ser curioso que este bendito país envié precisamente este año, el del cuarto centenario de la muerte de Cervantes, una canción en Inglés. Nuestra supuesta representante incluso se ha permitido decir que nuestro idioma no es apto para determinados estilos musicales. ¡Nos va la marcha!



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