jueves, 18 de agosto de 2016

En los toros con Max Estrella

No pretendo analizar si a Don Ramón María del Valle Inclán le gustaban los toros. Existen múltiples estudios sobre este tema, si bien es cierto que para este irrepetible dramaturgo, novelista, y poeta español, la mayor manifestación del arte es la tragedia. Afirmó que "en los toros la tragedia es real. Allí el torero es autor y actor. Él puede a su antojo crear una tragedia, una comedia o una farsa. Cuanto mayor es el peligro del torero, mayor es la amenaza de tragedia y más grande es la manifestación de arte". Aficionado o no, supo apreciar la belleza y el arte asociado a la lidia de un toro bravo, algo lógico en un intelectual que creó el esperpento, su particular forma de ver y analizar la realidad social y política de la España de principios del siglo pasado. Valle Inclán deforma la realidad, la convierte en algo grotesco, mostrando así la miseria moral de una España corrupta e inculta. Su máximo exponente en Max Estrella, (personaje principal de "Luces de bohemia"), un poeta ciego y sin recursos. Contradictorio, e irónico en ciertos momentos, no deja de ser un ser mediocre. Un artista venido a menos.

El que pudiera ser su nieto, no se si poeta pero desde luego intelectual no era, compartió conmigo tendido el pasado lunes en la corrida de toros de Alfaro. Un independentista catalán, aficionado a los toros y seguidor de José Tomas.

Los débiles Torrestrellas sólo permitieron a los toreros crear un bufa de tarde que tengo que reconocer los asistentes aplaudieron a rabiar. Y allí estaba Max Estrella, o su nieto. Mi simpático y amable compañero de tendido no paró de grabar con su móvil las supuestas faenas de la terna. "Si mis amigos catalanes se enteran de esto se enfadan. Lo que pasa es que mi mujer es riojana, y a la verdad, a mi me gustan los toros. Me gusta José Tomas. Hasta he ido a verlo a la Monumental." En varias ocasiones se lamentó de la suerte del Coso de las Arenas. "En Barcelona teníamos dos plazas. Las Arenas, preciosa, así como árabe, y la Monumental. Una pena ¡Qué le vamos hacer! Cataluña, como decirlo, es más europea que España. Otra cosa." Supongo que no debió aprobar geografía en el colegio por no saber situar a Francia.


Dada la calidad del mecánico espectáculo de Padilla, poco atrayente, decide tirarme al ruedo y preguntarle si estaba a favor de la independencia de Cataluña. "Somos como te he dicho más europeos, y yo en fin, soy periquito, y mi mujer riojana, pero lo que nos importa es el dinero. Estamos hartos de pagar a España y que nos quemen a impuestos. Todo el dinero se va fuera. Cataluña es la cuarta o quinta economía de Europa, como Monaco o Liechstein. Si nos independizasemos, en un par de años entrábamos en la Unión Europea y todo irá mejor. Cataluña es más europea, otra cosa." No me gustan las misiones imposibles, una vez los españoles buscamos El Dorado y morimos en el intento, así que volví a mi notas.

El festejo, contagiado de un triunfalismo excesivo, finalizó con Perera y Roca Rey a hombros. Mi vecino de localidad estuvo a punto de pedir el indulto para el sexto, (que lidió Roca Rey) pese a su falta de fuerzas y saltarse la suerte de varas. ¡Esperpéntico!

Fiesta Republicana

La afición taurina riojana está viva y goza de una excelente salud de hierro. El Parlamento de La Rioja, especialmente PSOE, Ciudadanos y Podemos, no puede ignorar esta aplastante realidad cuando vote en unos meses la proposición de ley impulsada por la asociación protectora de animales local, que no sin ciertas artimañas y sentimentalismos baratos, busca prohibir las corridas de toros en toda La Rioja.
 
Llenó histórico el que registró ayer la plaza de toros de Alfaro, municipio de La Rioja Baja. Alfaro, con 9.500 vecinos, acudió en masa a la plaza agotando prácticamente todo el papel y abarrotando los tendidos con capacidad para 5.000 personas (50 % de su población). Los asistentes, además, disfrutaron y mucho, reinando en todo momento un ambiente festivo en los tendidos que aplaudieron de forma generosa la actuación de la terna: Juan José Padilla, Miguel Ángel Perera y Andrés Roca Rey, con toros de Torrestrella. Encierro desigual pero bien presentado y muy justo de fuerzas, que relegó al toro, protagonista y Rey de la Fiesta a un segundo plano. Golpe de Estado de los toreros en el coso alfareño que consiguieron destronar al monarca de la fiesta, el Toro. ¡Bienvenidos a la tauromaquia 3.0 que impera en la mayoría de las plazas españolas!


No hubo suerte varas. El respetable tampoco la exigió. Apenas hubo toreo de capa, salvo Roca Rey en el sexto. Tampoco brillaron las banderillas. Destacó, en duración, el último tercio, la muleta, en largas faenas muy celebradas por los presentes que festejaban los diferentes pases.

Juan José Padilla tiene la maquinaria perfectamente engrasada. Recibe al toro de rodillas, banderillas marca de la casa, incluyendo un par al violín, y una popular faena de muleta con desplantes varios. A veces, como con el primero de la tarde, no funciona. Sí lo hizo en la cuarto. Tras la estocada, el público pidió de forma ruidosa las dos orejas. La presidencia sólo le concedió una. Fue bochornoso ver a las mulillas paradas en mitad de la arena varios minutos mientras la cuadrilla de jerezano arengaban a los tendidos para meter más presión a la autoridad. Sin comentarios. En compensación decidió premiarse con dos vueltas al ruedo.

Miguel Ángel Perera, tras una generosa oreja en el segundo del festejo, demostró su gran clase ante el noble quinto, el mejor toro de la tarde, dejando claro que pese a no encontrarse en su mejor temporada no debe nunca criticarse su inclusión en feria alguna. Debió acortar su faena de muleta. Demasiadas series. Una certera estocada le brindó dos orejas. El extremeño protagonizó lo mejor de la corrida.

Andrés Roca Rey debe decidir si quiere ser un gran matador o un torero mediático. La escasez de fuerzas y poco juego del tercero le impidió desarrollar toda su tauromaquia. Arrancó de forma brillante en el sexto con el capote para, ya con la muleta, ejecutar un faena con los pies fijos, sin moverse, ante un animal sin fuerzas. Todo debilidad. Poco o nada del toro bravo símbolo de la cultura mediterránea, lo cual no fue obstáculo para que los tendidos celebrasen todas las series y aplaudiesen incluso sus desplantes. Llegó a arrojar la espada contra la arena. Fue premiado con dos orejas.


Alfaro (La Rioja). Martes 16 de agosto de 2016. Lleno en los tendidos. Toros de Torrestrella, de correcta presencia pero desiguales y justos de fuerza. Destacó el quinto. Juan José Padilla, ovación y oreja con fuerte petición de la segunda. Por decisión propia dió dos vueltas al ruedo; Miguel Ángel Perera, oreja y dos orejas; Roca Rey, ovación tras aviso y dos orejas.

(Artículo publicado www.purezayemocion.com 17/08/2016)

miércoles, 17 de agosto de 2016

Ni sol, ni moscas, ni toros.

Naipes Heraclio Fournier S.A. es una compañía fabricantes de naipes nacida en 1870. Líder en su sector, es muy difícil encontrar un hogar español que no tenga una baraja. En el 95% de los casos son cartas Fournier, impresas en Vitoria, sede de esta empresa desde hace siglos. Desgraciadamente la plaza de toros de Vitoria, el Iradier Arena, dista mucho de ser un coso de referencia en el orbe taurino. Está al borde del abismo.

Cutiño tiene razón. Puede que sea el último año que haya toros en Vitoria. No es el momento de analizar los motivos, pero hay que reconocer y asumir que los vitorianos han dado la espalda a su feria taurina. Las cosas se han hecho mal, muy mal, y se siguen haciendo. Este aprendiz de cronista lo ha sufrido. Las últimas semanas he acudido a los cosos franceses de Mont de Marsan, Vic-Fesenzac, o Saint Vicent de Tyrosse. Ningún problema en acceder al patio de caballos o los corrales y saludar a los matadores o fotografiar las reses. En Vitoria imposible. Un guardia de seguridad y dos empleados de la empresa perfectamente uniformados, polo negro con el escudo de la FIT, cortaban el paso.

Los blusas son el alma de las fiestas de la Virgen Blanca en Vitoria. En las calles se cuentan por miles. Apenas un ciento acudió ayer a los toros. Situado en uno de los tendidos portaban una pancarta con el lema "Prohibido prohibir" y el hashtag #QuieroTorosEnVitoria. Ninguno de los tres toreros tuvo un detalle con ellos ni les brindó faena alguna.

Jandilla lidió un encierro desigual, justo de fuerzas, y con poca o nula trasmisión. No hubo suerte de varas. ¿Se imaginan jugar al mus con una baraja Fournier sin Reyes? Difícil. Ayer en Vitoria hubo una corrida de toros sin toros.

Diego Urdiales fue lo mejor de la tarde. Abrió plaza ante un noble animal del hierro Vegahermosa. Toreo clásico, sin estridencias ni concesiones al tendido, destacó por su colocación, ligazón y estética. Pese a la escasez de fuerzas de su oponente, el riojano consiguió cuajar brillantes naturales, realizando una gran faena, la mayor parte del tiempo en los medios. Excelente estocada y meritoria oreja. No tuvo opciones ante el manso que estoqueó en cuarto lugar.

Alejandro Talavante es un torero en su plenitud al que le sobra oficio. Ayer lo demostró otra vez. Realizó al segundo de la una tarde una faena técnicamente perfecta, cuidando al máximo a su oponente, pero sin calado en los tendidos. Sin emoción. No tuvo un animal a su altura. Por momentos el toro parecía un convidado de piedra. Todo el mérito hay que atribuírselo al extremeño, que pese a todo, tras una correcta estocada, cortó una oreja. El sobrero, lidiado en quinto lugar, resultó ser un animal soso y sin posibilidades.

El fenómeno Roca Rey es digno de estudio. Derrocha valor y sangre fría, lo cual enardece a los tendidos pese a la preocupante involución que muestra su toreo. Necesita asentarse. Lejos queda el novillero que hace un año asombró en la Semana Grande de Bilbao. Sus dos faenas fueron iguales. Comenzaron con un vistoso toreo de capa que enloquece a los asistentes, seguido de un quite echándose el capote a la espalda. Ya con la muleta, toreó despegado, sin ceñirse el toro a la cintura durante las primeras series e incluyendo una par de pases cambiados. En el tramo final , con su oponente ya entregado, se pegó el arrimón situando su taleguilla a escasos centímetros de los pitones para delirio y éxtasis de la mayoría, en una muestra de valor, corazón y riesgo tan innecesario como carente de elegancia. Su buen hacer con los aceros le permitió cortar una oreja a cada uno de sus flojos oponentes. El público pidió de forma insistente la segunda oreja en el sexto, lo cual habría supuesto la puerta grande y la enésima salida a hombros del peruano esta temporada. El presidente con muy buen criterio, lo evitó. Mis respetos y aplausos.


Vitoria. Primera de la Feria de la Virgen Blanca. Un cuarto de entrada. Toros de Jandilla y Vegahermosa (1º). El 5º, de Jandilla, lidiado como sobrero. Desigual y flojo encierro. Diego Urdiales, oreja y ovación; Alejandro Talavante, oreja y silencio; Andrés Roca Rey, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda.

Lamento por Víctor Barrio.

"La sonrisa de mi hijo. He perdido la sonrisa de mi hijo". Paco Umbral en "Mortal y rosa" describe de forma brutal y dolorosa, pero sincera, la angustia y la desesperación de un padre ante la muerte de un hijo. No hay héroes. Simplemente vacío, dolor, lágrimas... Ayer, el mundo del toro perdió la sonrisa, la nobleza y el valor de una joven torero, Víctor Barrio. Descanse en paz. Su verticalidad, propia de una catedral gótica, su pies juntos, ya no pisarán más un ruedo. Quedan en el recuerdo de quien los disfrutó.

Es hora de lamentos, de pesados silencios, de rabia. Es el momento de honrar al héroe caído. La tauromaquia, madre y madrastra, muestra su verdad más amarga. La estampa de Saturno devorando a uno de sus hijos, ideada por Goya, se transmuta en realidad. Sobran las palabras ante la generosidad de un segoviano capaz de apostarse su vida y perderla por culpa de una maldita racha de viento. Vendrán los homenajes, y luego el silencio, espero que no el olvido, porque la única forma válida de rendir pleitesía a la sangre derramada por Víctor Barrio es asegurar la supervivencia de un rito ancestral, anacrónico pero único como es la lidia del toro bravo. El mejor homenaje a Víctor Barrio es volver a llenar las plazas y disfrutar, emocionarnos, o sufrir, con la bravura de un toro, auténtica fuerza de la naturaleza que de vez en cuando nos enseña su poderío. Con permiso de mi amigo Manolo González, ¡Larga vida al mundo de los toros!

(Artículo publicado www.purezayemocion.com 10/07/2016)

Páginas en blanco

Un biblioteca repleta de libros con las páginas en blanco. Así fueron los toros de Zalduendo lidiados ayer en Soria. Correcta presentación pero vacíos de contenido. Sin fuerzas. Ninguno remató en tablas. Parecían equivocarse a la hora de medir las distancias cortas. Todos llegaron a la muleta desfondados tras el tercio de banderillas y un inexistente tercio de varas. El brío mostrado a la salida de chiqueros era puro espejismo.



En la cultura tradicional japonesa el "bushido" es un término que se traduce como "el camino del guerrero". Alejandro Talavante, conocedor de esta filosofía, debió dejarse su espíritu guerrero en el hotel, pero claro, para que haya lucha debe haber al menos dos partes enfrentadas. El extremeño no encontró oponente alguno ayer en el ruedo soriano. Sus zalduendos, primero y cuarto, que perdieron las manos en repetidas ocasiones, no podemos calificarlos como toros bravos. Talavante tampoco ayudó en demasía para arreglar el desaguisado.

Joselito Adame desorejó al primero de su lote en una faena del gusto de los tendidos, realizada en los medios y siempre por alto. Si bajaba la muleta su rival perdía las manos. La mayoría del tiempo estuvo fuera de sitio. Los mejores momentos de la lidia, pese a los esfuerzos del maestro, lo lograron sus banderilleros, Miguel Martín y Fernando Sánchez. Saludaron desde el tercio, desmonterados, tras colocar sus pares. En su segundo, el peor de la tarde en presentación y comportamiento, comenzó la faena de muleta sentado en el estribo ante un animal que tuvo que cuidar y mucho. Por momentos parecía que iba a caerse. La lidia de ejemplares de esta categoría, demasiado habitual en este tipo de ganaderías, desnaturaliza la Fiesta, además de dar argumentos a las corrientes animalistas. Sorprendentemente añadió un trofeo a su cuenta particular.

Cerraba la terna de toreros de a pie López Simón. Practicó su toreo de arrimón, pasándose cerca los pitones ante un toro con las fuerzas justas y carente de fondo. López Simón, ante este panorama, quizás se confió demasiado y lo pagó con una voltereta, afortunadamente sin consecuencias. Fue premiado con una generosa oreja. Destacar que Vicente Osuna, miembro de su cuadrilla, recibió una cornada de 11 centímetros en el muslo derecho al colocar el primer par. En el que cerraba plaza, probablemente el mejor de los seis, mostró su lado más populista, toreo de rodillas y desplantes incluidos, además de circulares que fueron muy jaleados por un tendidos con ganas de fiesta y que restó importancia a su toreo con el pico. Cerró, tras un pinchazo, con una soberbia estocada. A la postre, lo único realmente reseñable de toda la tarde. Obtuvo dos generosas orejas.

La tarde estuvo prologado por el rejoneador Manuel Manzanares. Su actuación se puede calificar de mediocre y monótona. No colocó ningún par con las dos manos.


Soria. Domingo 3 de julio. Última de Feria. Casi lleno. Un toro de Luis Terrón para rejones y seis de Zalduendo para lidia de a pie. El rejoneador Manuel Manzanares, oreja; Alejandro Talavante, palmas y pitos; Joselito Adame, dos orejas y oreja; Alberto López Simón, oreja y dos orejas.

(artículo publicado www.purezayemocion.com 04/07/2016).

Crónica en negativo.

La reseña de una corrida de toros no es una simple enumeración de las series ligadas por los diferentes toreros del día. Expresar la opinión sobre si el palco concedió o no de forma justa los diferentes trofeos tampoco es suficiente. Una buena crónica taurina tiene que ser ante todo sincera. El autor debe expresar con palabras, o al menos intentarlo, los diferentes sentimientos vividos a lo largo de la tarde. Hay que narrar si en algún momento nos emocionamos, si la belleza del arte desplegado en la arena nos hizo olvidar donde estábamos.

(Foto: @unitaurina)

Ayer, en Soria, el autor de estas líneas se aburrió. Flojo encierro el de Adolfo Martín, toros carentes de emoción, sin trasmisión y así no hay Fiesta. Poco que contar. Hastío en los tendidos, cada vez más ruidosos y distraídos, por mucho que se habla de una gran faena de Ureña que no vi. En su primer toro, segundo de la tarde, es cierto que el murciano consiguió arrancar algunos naturales a su oponente, pero me resultaron tan vacíos y academicistas como los obras de David que cuelgan en el Museo del Louvre, obras que la crítica del XIX alabó en su momento y hoy sólo son un capítulo menor en cualquier libro de arte. A destacar su estocada, que por sí sola hubiese justificado la concesión de una oreja, que la presidencia, sumamente generosa, multiplicó por dos. El quinto de la tarde me lo ahorro.

Morenito de Aranda no tuvo toros pero tampoco mostró interés alguno. Martín Escudero acusó su falta de festejos. Sólo necesita tiempo. Personalidad y valor le sobran y el estado actual de la Fiesta no puede ni debe permitirse desperdiciar un talento como el suyo.

Lo peor de la tarde, sin embargo, no fueron los toros, sino el público. El respetable, que se supone que en un cartel de estas características conoce el reglamento y las peculiaridades de toro de Saltillo, protestó sobremanera al astado que debería haberse lidiado en cuarto lugar. Su pecado, ser cornipaso. El presidente, pese a las buenas maneras apuntadas, y sin base alguna, lo devolvió a los corrales. Si aplicamos los criterios de los "aficionados" que ayer acudieron a Soria, Barbara Streisand jamás hubiese grabado un disco o Meryl Streep no sería actriz. Se puede afirmar que la incultura, el desconocimiento, la falta de información y de criterio ayer se impusieron en tierras del Duero. ¿Cómo vamos a exigir otros encastes si desconocemos sus características? ¿Con qué argumentos podemos defender la variedad genética de la cabaña brava española si rechazamos todo aquello que es diferente?


Soria. Sábado 2 de julio de 2016. Toros de Adolfo Martín carentes de interés. Media plaza. Morenito de Aranda, palmas y silencio. Paco Ureña, dos orejas y silencio. Martín Escudero, ovación y ovación.

(artículo publicado www.purezayemoción.com 03/07/2016)

David Mora: "Cuando bebo vino, bebo Rioja".

El torero gana el “XIV Trofeo Vestido de Luces Rioja y Oro” al Triunfador de la Feria de San Isidro que otorga el Centro Riojano de Madrid. En declaraciones a Pureza y Emoción Mora mostró su agradecimiento: "Premia una actuación muy importante para mí".

 

David Mora:


El Jurado del “XIV Trofeo Vestido de Luces Rioja y Oro”, que otorga el Centro Riojano de Madrid al Triunfador de la Feria de San Isidro, hizo público anoche su fallo proclamando por amplia mayoría ganador del mismo al maestro David Mora.

El Secretario del Jurado, Don Vidal Pérez, leyó el fallo del jurado: “Considerando los espectáculos taurinos celebrados en Madrid, con motivo del Ciclo Isidril (Feria de San Isidro, Feria de la Comunidad, etc.), celebradas en 2016, a excepción de las corridas de rejones, ha resuelto otorgar el XIV Trofeo Vestido de Luces Rioja y Oro, al diestro David Mora por su importante faena en Madrid, el día 24 de mayo, donde salió a hombros por la Puerta Grande tras cortar dos orejas al toro “Malagueño” de la ganadería de Alcurrucén”.

El trofeo “Vestido de Luces Rioja y Oro” es uno de los más cotizados y originales de cuantos se entregan en la Feria de San Isidro. El diestro ganador recibe un traje de torear color Rioja bordado en oro. Tauromaquia y vino, dos de los elementos más importantes en la cultura riojana, unidos.

Creado en el año 2000, reivindica la denominación “Rioja” para referirse al traje de luces del color del vino tinto. Una denominación española y no extranjera como “color Burdeos”. En la nómina de ganadores de sus hasta ahora catorce ediciones, han recibido el "Vestido de luces Rioja y Oro" estos diez toreros por orden cronológico; José Pacheco "El Califa", Rafael de Julia, Antonio Ferrera, Alejandro Talavante, José Tomás, Luis Francisco Esplá en dos ocasiones, Julián López "El Juli", Jose María Manzanares, Joselito Adame, Miguel Ángel Perera y Sebastián Castella.

En declaraciones a este medio David Mora mostró su agracedimiento por este reconocimiento. "Premia una actuación muy importante para mí, sobre todo si tenemos en cuenta las personalidades que integraban el jurado. La vuelta a Las Ventas fue un día especial. En todo momento sentía como mi faena estaba llegando a los tendidos. Por otro lado, en mis ratos de ocio y esparcimiento, con mi gente, y siempre que mis entrenamientos me lo permiten, el tinto de Rioja no falta. Cuando bebo vino, la única bebida alcohólica que tomo, es Rioja. Me hace mucha ilusión estrenar el traje por su significado".

El trofeo se entregará el próximo otoño en los salones del Centro Riojano en Madrid en la calle Serrano y, como ya es habitual, se espera sea presidido por el Excmo. Sr. Presidente de La Rioja, Don José Ignacio Ceniceros.

El Jurado también acordó "aprobar una declaración, que se dará a conocer en los próximos días, para oponerse a la normativa antitaurina que se debate actualmente en el Parlamento de La Rioja".

(Artículo publicado www.purezayemoción.com 16/06/2016)