miércoles, 8 de marzo de 2017

De miradas y silencios

Hay esperanza. Tele5 no es la cadena líder de audiencia en España y al otro lado del mundo Hollywood produce y premia "Moonlight". Un tsunami de buen gusto sacude el planeta.

"Moonlight"  es simplemente perfecta. Se sitúa a años luz de la sobrevalorada "Boyhood" o la pretenciosa "Birdman".  A su lado "La, la, land" resulta un artefacto bellísimo pero carente de alma. Una elegante  caja de bombones que han sido elaborados con sucedáneos de cacao. "Moonlight"  por contra, respira. Tiene vida. Palpita. Su protagonista nos inspira ternura. Comprendemos y justificamos sus reacciones,  pero éstas nos horrorizan. Lo rechazamos y amamos por igual. A base de silencios, miradas, y abrazos el director teje un obra maestra sobre el paso del tiempo, el amor, el destino, la familia, y sobre todo la libertad de elegir, de apostar por una opción y asumir la responsabilidad de nuestros actos.

Memorable resulta su último tercio. Todo un manual de seducción, detrás de la barra de un local, que tiene lugar en un restaurante de comida rápida en los suburbios de Miami. De nuevo la música, la miradas cómplices, las sonrisas maliciosas, o los silencios son las cartas que conforman una escalera de color. Inmejorables todos los actores, "Moonlight" se nos cuela en nuestro subconsciente cuando se encienden las luces. Nos acompaña y deja un regusto a cine del bueno.

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